domingo, 21 de junio de 2015

A tempestades y locura



Y ahora lo veo: no fui nada.
como una hoja al viento,
mareada por el aire, que,
aciago y circunspecto,
a capricho me batía
sin saber que me debatía,
entre la dulce y amarga locura,
de querer ser arrastrado,
del vendaval hacer tu hogar,
y mecerse en la cuna
de tus brazos.

Y ni brazos,
ni cuna,
ni viento,
ni hoja.

Solo la tempestad,
sin aire.

Y la locura,
amarga.

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