No te quiero mía, ni de nadie,
te quiero tuya, y de nadie más,
libre, como el viento,
y nunca atada a un lamento,
a ese lastre de romántico desamor
que te inculcan a cuchillo y dolor.
Y es que, el amor no lo puede todo
aunque te digan que no existen fronteras
que debes permitirte esclava y obediente
de una realidad que a viva voz te miente
que te dice que no eres nada sin otro
y que no te mereces estar sola.
Pues yo te digo: ¡lanza un desafío
a ese gran vacío
que se torna desvarío
y que predica lo impío!
No te creas el cuento, vuela,
emancípate, quiérete a ti, nada más.
Y cuando te quieras, libre, sin ataduras,
ni sometida ni sometiendo,
siendo tú, sin negarte,
solo amarte,
entonces, quizás, y solo entonces,
podrá llegar el amor,
el de verdad,
sin lágrimas,
ni celos,
ni esclavos,
ni amos.
solo tú,
y el infinito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario