domingo, 3 de mayo de 2015

Se perdió la poesía



Se perdió la poesía,
quieta, en un rincón,
las palabras sin sentido
despojadas de toda emoción.
Sintiendo las páginas pasar,
en marfil bañadas,
sin esencia a la que brindar,
solo los minutos esquivos
de la ausencia de la finalidad:
canalizarte en letras,
darte rienda suelta en palabras,
adorar las curvas de las vocales,
y sentirse escritor en tus versos
llamarte musa y saberse tocado
por tu divina inspiración,
que  tiñe de rojo las páginas
y da vida a las palabras
que inquietas se mueven entre frases
buscando amoldarse a su sitio,
expresándote cuán importante es el destino
queriendo acercarse, y tocarte,
como si pudieran fundirse contigo
volver a la fuente que las creó,
que las liberó de la pequeña prisión de la inmensidad
para encadenarlas a unas hojas,
donde pudieran sentirse pequeñas
y anhelar volver a ti
para campar a sus anchas en tu lengua,
recorrerte de pies a cabeza,
deslizándose por las curvas de tus caderas,
tocando tu piel.
Y esperando, a volver a estar en tus labios,
para que vuelvas a liberarlas de tu todo,
y yo pueda encadenarlas a unas páginas
para volver a regalártelas,
y que vuelvan a ti,
siempre a ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario