miércoles, 4 de noviembre de 2015

A Dios, adiós



A Dios, adiós, ya he tenido suficiente,
y es que, ¿qué pensaría de ti si creyera en tu existencia?
Pensaría, que somos títeres en un patio de recreo,
caprichos de una infancia celestial
donde canalizar las más grandes injusticias,
y es que, ¿qué sería más injusto que tu existencia?
Como podríamos vivir, sabiendo que hay algo más,
que nos permite ser dueños de nuestros andares erráticos
y testigos mudos de tan incontables atrocidades.
¿Cómo podría ser bueno alguien que nos ha creado?
A nosotros, seres nauseabundos, capaces de lo más bajo,
Aunque sigamos apuntando a lo más alto,
esclavos del lodo y de la poca altura moral,
una aborrecible masa de adormilados ignorantes, llamada humanidad,
que sigue en fila india su turno para la miseria
con su cerebro bombardeado por la más pura mierda.

A Dios, adiós, cuánta vergüenza debería darte
que hubiera una sola persona que creyera en ti
porqué solo podría pensar que el hombre es un fallo tuyo,
¿O es Dios un fallo del hombre?

A Dios, adiós, adiós, a Dios.

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