No es por ti, es por mí,
me decías,
con la vista clavada en
mis pupilas
y tu mente a años luz de
aquí.
Esas cosas pasan,
repetías,
como si de un mantra se
tratara,
capturando el deshielo
de tu corazón.
Siempre serás especial,
susurrabas,
como si ser especial
fuera especial,
o pudiera yo conformarme
con serlo
o quisiera yo conformarme
con serlo.
Se nos pasó la
oportunidad, me confesaste,
y digo yo, las
oportunidades no pasan,
y es por ti, y es por mí,
y siempre serás especial,
y... esas cosas pasan.
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